El acabose del enajenado mercado del arte

Ahí la tienen. La hemos visto muchas veces porque su autor, Alberto Giacometti, la repitió hasta la saciedad.  Con pequeños matices, con diferentes medidas, pero en esencia, la misma, por más que los expertos resalten su singularidad al ser el único bronce de esta escultura que haya salido a subasta. Y paradojas del homo sapiens: hasta ahora ninguna de sus múltiples esculturas habían sido “merecedoras” de los 74 millones de euros que se ha pagado por L’homme qui marche I (183 cm de altura) en una subasta de Sotheby’s en Londres. No sólo ha fundido el récord anterior del artista sino que se ha convertido en la obra más cara de la historia en una venta pública. Y eso que se trata de una pieza numerada (2 de seis), amén de las cuatro pruebas de artista que Giacometti fundió en 1961 en París. Anteriormente esta obra formó parte de la colección corporativa de Dresdner Bank AG, y pasó a ser propiedad del Commerzbank AG tras la compra del Dresdner Bank en 2009.