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Fundación BBVA-PhotoEspaña: la obra de Harold Edgerton

No fue un fotógrafo al uso. Su vena científica le llevó a indagar una y otra vez sobre la captación de la diezmillonésima parte del segundo para reproducir lo insondable. Es lo más sugerente y atractivo de este ingeniero eléctrico que fue el norteamericano Harold Edgerton (Fremont, 1903-id.,1990). La muestra –la primera retrospectiva que se lleva a cabo en España-  de 95 imágenes de este hombre del Renacimiento, se puede ahora disfrutar en la sala de la Fundación BBVA de Castellana 81 hasta el 25 de julio.

Lo que se escapa al ojo humano, lo imperceptible, lo fugaz,  fueron las máximas en el trabajo fotográfico de Edgerton, pero que también combinó con el lenguaje de un poeta que supo plasmar en papel todo un universo incognoscible para el sentido de la vista. Imágenes que vibran, “arquitecturas de lo invisible”, según las define José Gómez Isla, uno de los comisarios de la exposición. Capó magistralmente los momentos efímeros como balas atravesando naipes o frutas, explosiones nucleares capturadas desde varios kilómetros, y fue el  primero en detener las alas de un colibrí (aletea 70 veces por segundo). A Edgerton le fascinaba los experimentos  e investigaciones que realizaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, lo que le llevó a patentar 47 inventos: desde el flash ultrarrápido (estroboscopio), capaz de hacer hasta 6.000 fotografías por segundo, y que no sólo permitía congelar el movimiento, sino que al ser de baja tensión, podía plasmar movimientos vertiginosos en diferentes fases de su ejecución. Además, abrió camino a las imágenes televisivas y de radar; trabajó en sistemas de registro submarino, que revolucionaron la arqueología marina (acompañó en numerosas ocasiones al oceanógrafo Cousteau). Sus imágenes fueron portada en muchas ocasiones del National Geographic y exhibidas en el MOMA. Su nombre figura  en el National Inventors Hall of Fame,Pero, además de ganar un Oscar por un magnífico corto-documental sobre sus métodos de trabajo, “Quicker than a Wink”, que se exhibe como broche de la muestra.  Para él,  “el arte puede hablar del ser humano”, dijo para referirse al contenido de sus fotografías. Y a pesar de todo, él nunca se consideró un artista.